Un emprendedor es aquel que es capaz de tirarse por un precipicio al vacío para avanzar, para conseguir su sueño con valentía y renunciando a todo.
Mientras está cayendo, trabaja duro con la incertidumbre de no saber si lo logrará o morirá en el intento, y sigue trabajando.
En ocasiones, tiene miedo al fracaso, pero la fe y la esperanza le impiden tirar la toalla y sigue trabajando sin descanso.
Y es justo en el peor momento, justo antes de la caída, cuando abre sus alas y aprende a volar.
Y vuela con fuerza, con el impulso de la caída, con confianza en sí mismo.
Y vuela alto, sin miedo a nada porque ha sido capaz de lo más difícil.
Y mira atrás y siente orgullo de lo lejos que ha llegado y sigue volando.
Entonces, el día menos esperado, llega a su meta y consigue su sueño. Es feliz, muy feliz, porque tanto esfuerzo y sacrificio han merecido la pena.
Pero tiene una sensación nueva que nunca antes había tenido. Se siente libre, porque sabe que es su primer vuelo, el primero de muchos.
Sabe que no depende de nadie y puede conseguir todo lo que quiera si se lo propone, por muy difícil y lejos que esté su destino.
Vuela alto emprendedor.
Javier R. de Lara