Puesta en marcha del negocio optimizada: Una de las ventajas de invertir en una franquicia de limpieza es evitar los escollos en los que caen los principiantes sin la experiencia que los respalde.
Las franquicias brindan a inversores y emprendedores apoyo, orientación y acceso a materiales de capacitación y muchos otros recursos para evitar fricciones y aplanar la curva de aprendizaje.
Ganancias más rápidas: La industria de la limpieza es amplia: desde quirófanos hasta hogares, locales comerciales y oficinas, vehículos, higiene personal y más.
Cada área requiere conocimientos, métodos, herramientas, personas y procesos diferentes.
Gracias a la orientación que se obtiene de la franquicia, uno puede centrarse en las áreas que mejor se adaptan a sus puntos fuertes y crecer centrándose en las áreas más rentables.
Disfrute de una marca establecida y evite el costo y el tiempo de crearla: en un mercado atomizado, altamente competitivo y con múltiples empresas establecidas, el esfuerzo financiero y de recursos requerido para posicionar una marca es considerable.
Especialización: Los franquiciados suelen encargarse de formular y ejecutar tareas como creación y desarrollo de productos, comunicación, publicidad, formación, gestión de proveedores, etc. desde la sede central, dejando a los franquiciados las tareas operativas más cercanas a la gestión de clientes.
Crear una empresa sin esta separación de tareas requeriría que el nuevo emprendedor o inversor dedique importantes recursos y más financiación para poder realizar por sí mismo las tareas de la sede.
Economía y ahorro: Los royalties iniciales que normalmente se pagan a la sede del franquiciador generalmente compensan todos los servicios recibidos de la sede del franquiciador.